Procesión Sanse

Las fiestas comienzan con la procesión, en la que cargan la imagen de San Sebastián.>Peter Amador/EL VOCERO 

En la penumbra de la restaurada Iglesia San José, en el Viejo San Juan, descansaba sobre el altar la imagen de San Sebastián, sobre una plataforma cubierta de claveles. Mientras, turistas y curiosos entraban al templo poco a poco, muchos a tomarse fotos junto a la figura religiosa.

Entre la gente se encontraba Luis Moisés Pérez Torres, director del Museo de San Juan, quien explicó a EL VOCERO que el origen de las fiestas pasó de ser una expresión de vecinos a la gran fiesta de finales de la época navideña que se conoce ahora y que atrae a miles turistas.

“Todo empieza con el padre Juan Manuel Madrazo, en los años 50, quien era el párroco de esta iglesia en la que estamos, el templo de San José”, señaló el historiador.

“En los años 50 él empieza a revivir una fiesta en honor al santo mártir Sebastián, que justamente la calle que tenemos en la parte alta de la ciudad —que fue en su tiempo una de las calles más altas y antiguas de América— se llamaba San Sebastián, porque en el siglo 16 había una ermita donde hoy día está la escuela Abraham Lincoln. Esa ermita (capilla pequeña) le da el nombre a la calle”, relató.

Lo que hoy son las fiestas comenzó como una iniciativa para recaudar fondos para hacer mejoras al Colegio de Párvulos que mantenía la iglesia, y las aceras de la calle. “Era algo muy pequeño que comenzó con los parroquianos, el sacerdote y los vecinos”, indicó Pérez Torres.

Según el historiador, el padre Madrazo fue quien trajo los primeros cabezudos que son tan distintivos de las fiestas “Tenemos el caso de Pedro Adorno, del (colectivo) ‘Agua, Sol y Sereno’, que siguen hoy día manteniendo viva la tradición de los cabezudos que, a su vez se lleva a cabo en otros lugares en España, donde la Fiesta de San Sebastián también se está celebrando”, abundó.

El Padre Madrazo fue movido a otra parroquia y la Iglesia San José dejó de celebrar las fiestas. No sería hasta los años 70 que se reanudarían y se convertirían en el fenómeno cultural que conocemos ahora.

“Tenemos que esperar a los años 70 para que un grupo de residentes de San Juan —junto con doña Rafaela Balladares, con el apoyo de don Ricardo Alegría y de doña Felisa Rincón de Gautier— decidan dar inicio nuevamente, en esta segunda vuelta, a estas fiestas de la calle San Sebastián, y de esa época para acá es una de las fiestas más concurridas de todo el Caribe: es la vitrina más importante de la cultura puertorriqueña y de sus distintas tradiciones y manifestaciones culturales”, afirmó Pérez Torres. “Las fiestas han alcanzado sobre 800 mil personas, y mucha gente que nos visita, viene a conocer un poco más sobre las particularidades de la cultura puertorriqueña”, agregó.

Repunte al arte

Según el historiador, gracias a las Fiestas de la Calle San Sebastián se le dio un impulso importante a las artes plásticas en el casco antiguo de la ciudad.

“Otro elemento que hubo siempre fue la presencia de los artistas plásticos. Los artistas hicieron muy pronto la fiesta de ellos, y desde la casa del pintor José Campeche siempre se exhibía. También los bailes de época, que en esta vuelta se retoman y siempre fue algo muy lucido de las fiestas de los años 70, 80 y 90 y que había también caído en desuso”, expuso.

En esta edición de las fiestas también se retomaron las procesiones de antaño.

“Estas fiestas en particular han sido, a mi modo de entender, de las más esperadas luego de dos años de no haber fiestas”, señaló Pérez Torres.

“Era importante tener otra vez este evento de tan alta importancia para la ciudad de San Juan y para todo Puerto Rico; hay un deseo de que lo sigamos pasando bien, no ha habido incidentes mayores, hay mucha oferta artística resultado de dos años del encierro en la pandemia, hay mucho arte, exhibiciones en distintos lugares… es como si hubiese sido un alivio después de todos estos dos años difíciles”, aseguró.

El hecho de que la Iglesia San José, donde se originó la tradición, ya esté restaurada y abierta al público también tiene significado para el director del Museo de San Juan.

El domingo se realizará la última procesión, que es la más grande, con bandas y la vistosidad caribeña. Comienza a las 10:00 a.m. y llegará hasta la Catedral de San Juan, como en los años 70.

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