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El paso del huracán María en 2017 conllevó la pérdida de miles de millas de costa y, en el caso de Loíza, las playas La Pocita, Aviones, Tres Palmitas, Vacía Talega, Ocean Point y Santillana del Mar fueron las más afectadas.

De acuerdo con “El estudio de las playas de Puerto Rico Post María” realizado por la Maritza Barreto Orta, geóloga y profesora de la Universidad de Puerto Rico (UPR), un 42% de las playas municipales tuvo erosión, mientras que un 58% tuvo acreción, o aumento en arena. Loíza tiene 23 kilómetros de costa, donde el 81.61% es playa.

El estudio fue discutido ayer con líderes comunitarios en la Primera Cumbre de Erosión Costera, iniciativa conducente a reunir expertos del tema de erosión de costas en Puerto Rico.

La líder comunitaria Modesta Irizarry dijo a EL VOCERO que las comunidades más afectadas por la erosión costera son Parcelas Vieques, Las Carreras, Villa Cristiana, Colobó, Tocones, Parcelas Suárez y Villa Kennedy.

“Se demostró que entre los 44 pueblos afectados, Loíza aparece tercero en unos estudios y cuarto en otros, lo que demuestra que la situación es sumamente seria. Se han planteado algunas herramientas, como la mitigación, hacer puentes para cuidar las dunas y enseñar a la gente a cuidar la naturaleza”, explicó.

Si bien entiende la importancia de la cumbre, Irizarry reclamó que “se ha hablado de proyectos y proyectos, pero creo que era un momento para que representantes de agencias y la misma Jenniffer González dijera claramente que a partir de esta fecha, los estudios van a comenzar, porque ya las investigaciones están. Nosotros estamos hartos, como loiceños, de que digan que van a asignar millones y todo el dinero se va en investigaciones”.

“Es hora de que a partir de este verano o antes se puedan mitigar las áreas afectadas. Estamos cansados; la gente pierde sus hogares, están a punto de perder las vidas porque te drenas física y mentalmente. Cada vez que venga un evento de marejada, vas a decir ‘otra vez’. Hay gente pegada a la playa”, agregó.

Irizarry también criticó que hay cuatro proyectos “de gente de dinero” para construir, pero no hay espacio para construir viviendas para gente de bajos recursos. “¿Estamos siendo hipócritas? Si no hay para gente de bajos recursos, tampoco para gente de dinero”, exigió.

La alcaldesa de Loíza, Julia Nazario Fuentes, dijo que “un estudio publicado en 2017 por la Red de Playas de Puerto Rico y el Caribe (reveló que) el 60% de 4,324 áreas estudiadas en diferentes playas de nuestra Isla presentaba erosión o pérdida de sedimentos. Ese estudio es de hace seis años, y la situación se ha agravado”.

Según la alcaldesa, hay tres proyectos en curso en Loíza sufragados con fondos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) por $5 millones cada uno. La reparación de dunas y erosión costera en Piñones, realizar un arrecife artificial en Parcelas Suárez y trabajar con el Paseo Atlántico en la misma zona son los tres proyectos.

Barreto Orta, por su parte, presentó 16 recomendaciones para atender el problema, que van desde trabajar un protocolo de respuesta ante la erosión costera hasta el uso de datos e información científica sobre los cambios costeros locales. También, propuso dar prioridad al manejo y distribución de los fondos para las franjas costeras que presentan migración de playas tierra adentro.

Mientras, la comisionada residente, Jenniffer González Colón, quien es copresidenta del Caucus de los Océanos del Congreso de Estados Unidos, dijo que los estudios que realiza el Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos (USACE, en inglés) y diversas organizaciones científicas permiten determinar si hace falta desarrollar barreras naturales –como dunas- o artificiales para controlar la erosión.

Mencionó que hay organizaciones comunitarias que obtienen fondos a través de subsidios, y que hay proyectos que se trabajan desde el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) e instituciones como la UPR, además de organizaciones como Sea Grant, Para La Naturaleza y Cuencas en Culebra.

“Tenemos otros proyectos que están corriendo. Siempre es importante que la comunidad haga las peticiones por escrito, y las organizaciones están sometiendo propuestas constantemente”, afirmó. “Muchas comunidades nos llevan a la delantera y se han organizado con universidades y fundaciones y han sometido propuestas. Nuestra oficina también está para ayudar, el DRNA es el mayor recipiente de fondos federales para resiliencia costera, y los están manejando bien”, agregó.

En la actividad también estuvo presente la embajadora de Noruega en Washington, Anniken Ramberg Krutnes, quien también es experta en temas ambientales y de manejo de costas.

Ramberg Krutnes dijo que, tanto su país como la Isla, dependen “de tener océanos limpios y sanos”, ya que se realizan actividades de pesca, turismo y trasporte comercial. “Es importante que atendamos adecuadamente esta situación desde una perspectiva global”, sostuvo.

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